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lunes, febrero 05, 2007

El Plan continúa

Inexorablemente, sin tropiezos. Todos están de acuerdo.

Todos son Generalitat y Ayuntamiento de Alboraia, a los dos les hace falta. Los dos necesitan el dinero que de la operación surgirá para poder afrontar el enterrameinto de las vías, y con ellas el enterramiento de nuestra huerta.

Unos hablan de la protección y el mazo de sus decisiones golpea con fuerza a nuestro territorio, los otros hablan de proyectos necesarios para el progreso ¿?. ¿Alguien puede por favor definir el progreso?

Es tristeza y lejanía, me siento muy muy lejos de mis representantes políticos, y muy muy triste por sus decisiones.

Reconozco que espero con ansiedad la llegada de los comicios para poder decir ADEU, pero también con el miedo de volver a caer en este agujero otros cuatro años más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

“EL CONTRIBUYENTE”
(UNA HISTORIA DE MARCIANOS)



Voy a tratar de contaros una historia muy extraña que le sucedió a un señor de Marte durante su segundo día de estancia en la Tierra.
Aunque empezaré por el principio, empezaré desde donde empieza esta historia, desde Marte.

“Se sentó no muy lejos del sendero rojo de tierra roja y arenilla roja, hasta que llego a orillas del mar; que era, un mar de polvo rojo”
Había sido un día como todos los de ese mes, con muchos hoyos cavados cuidadosamente y, muchas calles perforadas, todo esto con el tic-tic-tac del martillo neumático envolviéndolo todo, abriendo calles, cerrando calles. Los vecinos de aquel “barrio Marciano”, no sabían ya como son las calles sin hoyos cavados cuidadosamente y sobre todo sin la celestial música del tic-tic-tac de las excavadoras.
Encendió un fuego, preparo una cena frugal y, escucho el crepitar de las llamas. Con el cuerpo vencido por el cansancio, yacía de espaldas y observaba como el color del cielo pasaba de una oscuridad a otra, mientras iba recordando lo sucedido durante la mañana.
Les dijo que pagaba impuestos, les dijo a gritos a los hombres uniformados que quería ir a la tierra, que se llamaba Manolo y que tenia derecho a ir a la tierra, ¿no era un buen ciudadano?; era un marciano de pura cepa, nacido a orillas del mar rojo-polvo, pues entonces, ¿Por qué no podía ir a la tierra?.
En innumerables ciudades el dedo del gobierno indicaba desde carteles luminosos de cuatro colores, variopintos mensajes, todos con un mismo contenido:
HAY TRABAJO PARA USTED EN EL CIELO.
¡VISITE LA TIERRA!.
Y los hombres y mujeres de Marte se lanzaban al espacio, inflados de una felicidad casi indescriptible.

Él y otros miles más (todos los que tuvieran sentido común) se irían a la tierra; se escaparían de las guerras, la censura, el estatismo, la crispación, el control municipal, de esto o aquello, las expropiaciones sin razón, la ley del suelo, del arte de unos pocos o de la ciencia al servicio de uno sólo.

Cuando en el ocaso del día, la gente encontró el cohete, se preguntaron extrañados que seria aquel objeto. Nadie lo sabía, por lo que fue entregado a un chatarrero que se lo llevo para venderlo como hierro viejo. Aquella noche llovió continuamente, y él, que vivía en una casa en la huerta cerca del Mediterráneo, vio como las excavadoras comenzaron a llegar…
Y al alba que era azul y verde de los árboles, él estaba contento porque ya no era todo rojo, ¡pero entonces ocurrió!, un sonido familiar empezó a hacerse cada vez mas audible y de pronto se escucho con toda claridad tic-tic-tac, tic-tic-tac, era el sonido que tantas veces había maldecido en su ya lejano planeta. Pero no le importó, nadie Podía quitarle el azul y el verde que lo envolvía en estos momentos, y aquel lugar merecía luchar por que el azul y el verde no desaparecieran, el entendía mucho de eso, venia de un planeta de tierra rojo-polvo.
Y él, dueño del cohete que habían llevado los vecinos a la chatarra, ya no podía ni quería volver a los colores rojos y mares secos de polvo.

Esto es…casi el fin.


Janties-febrer-07-Contaconters